Me acerco al banco para sacar unos euros de mi maltrecha cuenta corriente y me encuentro, haciendo cola frente al cajero, a un autor que admiro. Por un momento estoy tentado de decirle algo, pero finalmente decido que no, puesto que seguramente no me habría tomado por un lector, sino por un tipo que quería atracarle.
3 comentarios:
a mi me pasa lo mismo siempre, mi timidez o temor al rechazo hacen mas fuerza que mi admiración...
Generalmente son los autores los que atracan a los lectores.
En una cola del banco todo es posible
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