La capacidad de rellenar los silencios nunca ha sido lo mío. Es natural, cómo voy a saber yo hacer eso cuando ni siquiera soy capaz de tapar el vacío que hay dentro de mí. Se me da mucho mejor escuchar e intervenir sólo de vez en cuando con algún comentario sarcástico que no aporta nada útil.
2 comentarios:
Para el sarcasmo hace falta un poco de cerebro.
Y bueno, para entenderlo también: nunca sobreestime a su público.
Epa.
Sobrestimar. Con una e. Ezquiuzmi.
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