martes, 14 de marzo de 2017

Arrebatos

Sonaba una canción antigua. «¿No es maravilloso que los muertos canten en la radio?», dijo él, «qué será lo próximo que inventen». Ella no contestó nada. Él se levantó y fue al cuarto de baño. Se vio terriblemente feo en el espejo. Esto le venía mal en general. Quizá el fresco aire nocturno le sentara bien a la cara, así que salió con la primera torpe excusa que se le ocurrió. En la calle echó a correr como si quisiera huir de su propia fealdad, de la vergüenza, de los malos recuerdos. Se preguntó cómo haría la gente normal para ser así y si alguna vez aprendería él.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Y dale con la gente normal... ¿es que acaso el resto tiene tres patas?