—Buenos días, vengo en representación del Sindicato Electoral de Pinares de Entretiempo.
—¿Sindicato Electoral?
—Sí, verá: somos setecientos miembros y vamos a vender nuestros votos al partido que nos pague más.
—¿Cómo dice?
—La unión hace la fuerza, ¿sabe? Sólo cuando los obreros se unieron pudieron cambiar sus condiciones laborales y obligar a los patrones a ceder. Nosotros hemos decidido hacer lo mismo con nuestros votos. Porque fíjese qué idea tan tonta: dar el voto gratis a alguien, a cambio sólo de una promesa. Absurdo, no es serio. Pero tampoco puedes pedir dinero por él, un simple voto no tiene fuerza alguna. Ahora bien, si vendemos los votos en paquetes...
1 comentario:
Y bueno.
¿Cómo se entra en ese sindicato, me ha dicho...?
Publicar un comentario