lunes, 2 de noviembre de 2015

La unidad

—Mariano, quiero el divorcio.
—De eso nada, la unidad de este matrimonio es innegociable.
—¿Qué?
—Yo no dialogo con separatistas, la ley española dice que estamos casados y hay que respetar la legalidad. No cedo ante tu desafío.
—Pero la ley española también dice que puedo pedir el divorcio.
—¿De verdad? ¿Y la europea?

3 comentarios:

Toy folloso dijo...

El calvario de muchas mujeres, hace cuarenta o cincuenta años -atadas a una pareja que ya no querían-, traspasado a la realidad catalana actual....

Anónimo dijo...

y el de muchos hombres!

Microalgo dijo...

Torpes. Son torpes.

Vamo a vé.

Yo ni quito ni pongo President, pero un jefe del ejecutivo (nacional, digo), con dos dedos de frente y que no quisiera la independencia de Cataluña, ya habría hecho un referéndum. Cuanto más tiempo pase, peor. La diñan votantes viejos (de derechas) y cumplen dieciocho votantes jóvenes (de izquierdas y/o separatistas). El tiempo está a favor de los goodbyes. Así que debieron espabilar hace ya un par de legislaturas.

Ahora, a joderse.

Creo que el fallo, la premisa falsa, está en lo de los dos dedos de frente.