En la televisión, los sumos sacerdotes del dios de los mercados exigían nuevos sacrificios humanos para acabar con la sequía económica. Cuando el dios estuviera por fin saciado, la recuperación nos alcanzaría a todos y entraríamos cogidos de la mano en el paraíso terrenal, prometían.
1 comentario:
A los mayas no les fue muy bien el sistema.
Y menos mal.
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