lunes, 12 de octubre de 2009

El viejo amor

Estamos en la cama y de pronto me dice que me quiere. Vaya, pienso yo. Después de tantos años. La verdad es que me lo había dicho otras veces, pero no era lo mismo: entonces no estábamos follando y el efecto es muy diferente. Claro que quizá me quiere porque acaba de correrse, que ya sabemos que es fácil querer a alguien después de tener un orgasmo con esa persona. Pero yo la beso como si fuera la primera vez. O la última. A saber. Mañana habrá olvidado lo dicho, pero todavía nos queda algo de noche. Quién mejor que yo para ti y tú para mí, que decía ella.

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