A veces pienso en ti sin motivo aparente. Esto sucede de pronto, cuando estoy haciendo cualquier cosa, lo que entorpece seriamente el quehacer diario. Es tan difícil concentrarse en los pequeños momentos banales que ocupan la existencia; siempre está la idea de grandeza jodiendo. Pensar: «quiero a esta chica para mi vida». Pero los pequeños asuntillos grises enseguida vuelven a reclamar mi atención. Qué aburrido es todo esto, pienso. Yo lo que quiero es verte reír y decirte que eres la chica más bonita del mundo.
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