Llama a la chica y le pide que no diga nada, que sólo escuche. Silencio al otro lado de la línea telefónica. Le explica que ya está bien, que ya es demasiado tiempo sin ella, que apenas puede recordar su cuerpo desnudo y sin embargo la sigue deseando vorazmente. Esto no está bien, no está bien, le dice con severidad. Después, cuelga.
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