—He estado pensando en escaparme unos días a Málaga a visitarte. ¿Qué te parece?
Nena, los dos sabemos que esto terminará como las otras veces. Yo ahora me pasaré unos días ilusionado con la idea de verte, recordando tu voz, recordando tu cuerpo, pero al final me dirás que no puede ser, que te gustaría pero no puedes, y yo entonces quedaré con algún amigo para olvidarme de toda esta rabia desoladora emborrachándome y citando a poetas misóginos.
—Claro, vente.
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