El Papa Camilo VI tiene Alzheimer, pero no recuerda dónde. Piensa que seguramente está en algún cajón, pero el Vaticano es tan grande... El camarlengo nunca le ayuda a buscarlo. Tampoco los cardenales. Ni siquiera un monaguillo. Él sin embargo no desiste y pregunta a las autoridades extranjeras que vienen al Vaticano si han visto su Alzheimer por ahí. Todos le contestan que no, Su Santidad, pero no se altere, que no es bueno para su salud. El Papa está un poco cansado de que no le hagan caso y se pregunta si no será todo cosa del diablo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario