sábado, 18 de abril de 2009

Les amants réguliers (3)

—Escribe sobre la última vez que nos vimos.
—Ya he escrito sobre la última vez que nos vimos.
—La última vez que nos vimos fue en una casa bohemia que habitaba un músico alemán...
—Sí.
—«Ella hacía una voz en off y yo lo supervisaba todo». O: «Ella hablaba y todos callaban».
—Sí. Era como siempre te he visto yo.
—«También se disculpaba continuamente».
—«Muy educada, más que conmigo; siempre fue un poco zorra».
—«Parecía que pidiese perdón no sólo por las equivocaciones que cometía, sino también por el daño que me había causado toda la vida».
—Eso habría estado bien.
—«Después fuimos a comer camembert con salsa de arándanos».
—Oye, hablando de la cena...
—«Y se fue a casa. Mientras se perdía en medio de la noche...».
—En el momento no me di cuenta de que partías no sé qué por la mitad para compartirlo conmigo. Es que había bebido. Pero luego pensé: «qué bonito».
—Ah, sí. Queso.
—Sí.
—Me sentía como si fuéramos pareja.
—Estuve pensando mucho en ti.
—Y yo en ti. Luego leí tu carta para otra y dejé de pensar en ti.

No hay comentarios: