El cielo está roto. Será la fiebre o el alcohol. Las dos cosas, seguramente. De bar en bar buscando una mujer que a saber dónde se ha metido. Yo buscaba esta noche compañía que silenciara este ruido que me impide dormir. Bah. Me meto las manos en los bolsillos, que es un gesto que siempre queda bien, una protesta pacífica, y me marcho a casa pensando que en realidad todo esto me da igual.
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