Un grito congelado en la noche, eterno como estos golpes en la pared. Y yo no sé si estoy vivo o despierto. Toda la noche haciendo sombras chinescas. Mira, este eres tú, dice la muerte haciendo un conejo o un perro. O mejor: esto soy yo, dice alguien que se parece a mí. Claro, tiene sentido, una sombra, una sombra de lo que fui. Ya no escribo poemas, eso lo dejo para otros. Hay más poesía en desnudarte que en un verso de Celan.
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