Mírenme. Aquí donde me ven, yo no he sido siempre así. Yo estaba enamorado. Bueno, más o menos. Pero bien es cierto que pagué mis deudas. De juego, de amor, todas ellas. Y sin embargo me muevo por la vida como un intruso. Como un fugitivo. Como si me estuvieran buscando. Qué tontería, ¿verdad? Ya podría estar buscándome aquella rubia de allí.
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