No, no soy nadie. Apenas llegamos a conocernos. Llevabas un vestido corto y tenías escrito algo en un muslo, posiblemente normas de lógica, ya que salías del examen. Subiste conmigo en el autobús y hablamos durante el trayecto. Después nos despedimos y cada uno siguió con su vida. Tú estuviste en Noruega, yo me quedé aquí. Y nada más.
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