lunes, 26 de julio de 2004

Aventuras apasionantes

Sacar al perro. Ir a comprar el periódico. Escuchar música (las primeras dos canciones del último disco de Wilco parecen de Neil Young). Calentar en el microondas la comida de ayer. Estudiar. Ver la tele. Sacar otra vez al perro.

Rutina.

Creo que todos tendemos a pensar que nuestra vida será tan interesante como en las películas o novelas que nos apasionan, igual que también estamos convencidos de que seremos las primeras personas en vivir eternamente, pero va a ser que nos equivocamos un poco... Las grandes empresas saben que la vida es aburrida, por eso se sacan de la manga campañas publicitarias que nos venden la épica de las actividades cotidianas, como puede ser echarse desodorante (en el anuncio no te descubre el enemigo gracias a las propiedades maravillosas del mencionado desodorante), o como puede ser la visita de una chacha del futuro para explicarnos el efecto limpiador de un detergente (aunque la chacha a mí me parece más bien una especie de ciber Virgen María). La épica del aburrimiento.

Podría seguir hablando un poco más, pero me queda mucha rutina por delante. Hasta luego.

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