Es extraño asomarse al internet de estos tiempos, que se ha convertido en una gran celebración del ego. Al principio, la red era un lugar para seres solitarios con problemas de autoestima. Nos ocultábamos bajo seudónimos y grandes capas de ironía para sobrevivir, pero todo eso se ha perdido. Ahora es un lugar para gente guapa encantada de conocerse. Nunca nos dejan nada.
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