Nuestro héroe espera bajo el implacable sol de enero (bastante amable, por lo tanto) a que aparezca el coche que tiene que llevarlo a Málaga. ¿Lo dejarán tirado? Nunca sabes quién está al otro lado de una app. Un asesino en serie al menos se toma interés en ti (tiene que asesinarte), mientras que un gamberro te hace perder el tiempo. Pero finalmente aparece el coche y nuestro héroe se monta en el asiento trasero, no atado y amordazado en el maletero. En los asientos delanteros van un hombre y una mujer. Discuten. Qué mal rollo Blablacar, ¿no?, piensa nuestro héroe. Pero resulta que son pareja y ha habido algún malentendido previo entre ellos que desconocemos. Es una situación muy incómoda y nuestro atribulado héroe de pronto quisiera ser una maleta detrás. O el secuestrado del asesino en serie del que hablábamos antes. Al menos no sería una situación social tan violenta.
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