—Ahora miro con otra perspectiva el pasado y me doy cuenta de lo absurdo que era exigirle algo de madurez a aquellas personas. Eran muy jóvenes.
—Eso está bien. ¿Te perdonas también a ti mismo por tus meteduras de pata de antaño?
—No soy tan magnánimo.
1 comentario:
Magnánimo. Me encanta esa palabra
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