No vas a cambiar el mundo en tres ratos. Lo que ha torcido toda una vida no lo vas a enderezar en los momentos en los que intervengas tú. No eres tan importante. Es más, tampoco podrías arreglarlo si dispusieras de todo el tiempo que quisieras. Has llegado tarde. Y ni siquiera es tu responsabilidad solucionarlo. Limítate a evitarlo en la medida de lo posible, esquívalo todo lo que puedas y dedícate a tus asuntos, que bastante atención requieren.
1 comentario:
Está todo demasiado patas arriba ya
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