lunes, 12 de octubre de 2020

Una voz severa

—Buenos días, ¿acaba de pedir usted un conjunto de lencería en nuestra web?
—Esto... sí.
—No nos aparece la talla en el pedido, ¿cuál quiere? ¿La M?
—No, mi señora usa la S.
—Muy bien, pues la S entonces.
—Oiga, ¿no podría haberme enviado un email en vez de llamarme? Esto corta mucho el rollo, sobre todo con su voz de madre superiora.
—Ah, que el señorito se siente incómodo ahora. Ni que fuera culpa mía que sea usted un guarro.

1 comentario:

Ikana dijo...

Dijo la que lleva una tienda de lencería xD