«Profe, usted no se preocupe y no nos dé clase, que no nos importa», me dicen los alumnos. Pero soy joven, más o menos, y todavía me queda algo de idealismo. ¿Sería más cómodo desentenderme de todo y esperar con tranquilidad la paga de cada mes? Sin duda, pero parece complicado. Uno es kantiano y no puede ir contra sus ideas. Estos chavales son jóvenes y no saben que está en juego su futuro. No es que tener una educación les asegure uno, pero al menos aumenta las posibilidades. Y lamentarían en unos años haber perdido esta oportunidad. Así que insisto en enseñarles algo que no les interesa nada.
1 comentario:
Mucho ánimo!
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