Solía sentarme en un pupitre a intentar pasar desapercibido para el profesor y los compañeros. Mi única responsabilidad era aprender lo suficiente para aprobar los exámenes, no tenía que pensar en nadie más. Ahora me toca estar al otro lado y pasarme la clase hablando, llenando de contenido evaluable las mentes de los alumnos. Es mi responsabilidad la educación de estos chavales que me miran con los ojos muy abiertos sobre las mascarillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario