Jesús era Dios y hombre. Por lo tanto, parece razonable pensar que se masturbó en alguna ocasión. Los cristianos dirán que no porque esto sería pecaminoso y blablablá. Pero alguna polución nocturna tendría, que ya hemos establecido que era hombre y la naturaleza manda. Imaginemos ahora a la Virgen María lavando la sábana que el adolescente Jesús ha manchado de semen. Una secreción divina que no podría eliminar (sobre todo con los detergentes de la época). ¿Dónde están los adoradores de esta otra Sábana Santa?
2 comentarios:
Las monjitas de la adoración.
Adoración del Santo Fluchi-Fluchi. ¡Aleluya!
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