miércoles, 2 de agosto de 2017

De pelo en pecho

Recuerdo que a principios de siglo leía en las revistas que ya habían pasado los tiempos de los hombres peludos como osos y que las mujeres del nuevo milenio querían hombres sin pelo en el pecho y pensaba: «por fin tengo una ventaja evolutiva sobre los demás, bendito Darwin». Pero luego mis novias y amantes ponían cara de decepción ante mi torso lampiño y decían: «A mí me gustan los hombres machotes, viriles, que hayan estado en una guerra o dos, tengan cicatrices que lo prueben y que desnudos parezca que llevan puesto un jersey de angora».

2 comentarios:

Toy folloso dijo...

Siempre tuve claro que a las damas, restregar los tetorros por un pecho masculino con abundante musgo, les sería placentero.
Estuve tentado muchas veces de ir a por crecepelo....

Microalgo dijo...

¡¡Yo!! ¡¡Yo!!

Pero soy calvito (para compensar) (Lo mío no es calvicie, solo mala distribución).