Me sigue maravillando la gente que plagia anécdotas reales. Haciendo un esfuerzo grande, soy capaz de entender el mecanismo mental que lleva a esos enfermos a plagiar un texto ficticio, pues siempre pueden alegar que quién sabe lo que sucede en la cabeza de cada uno, pero asegurar a la gente que han hecho algo que nunca ha ocurrido... Supongo que se atreven a mentir de esa manera sobre su vida porque no tienen ningún amigo que pueda señalar la falsedad del asunto. Es bastante triste, pero no me da ninguna pena que libremente acepten ser tan patéticos.
1 comentario:
Vidas aburridas, apropiación de anécdotas. Es un mecanismo la mar de simple. Uno de los estilos principales de la narración oral escénica en Colombia se llama "el yo mentiroso", y muchos cuentacuentos patrios lo han adoptado. Aún recuerdo uno que nos contaron, hace años, que comenzaba: "Esto que voy a contar es absolutamente verídico. Estaba yo en Oklahoma, en mil ochocientos ochenta y cinco, cuando una partida de Comanches"...
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