Le escribí a una chica a la que quise para felicitarle el cumpleaños, pero no me contestó nada. Es curioso que sea tan sencillo ganarse el odio o el desprecio y tan difícil el amor o el cariño.
Es que no se fiaría, la pobre. Empieza uno felicitando el cumpleaños y, a lo tonto, acaba uno en la cama con seis fulanas dorgadas y dos negros potencialmente equívocos. Se lo digo yo. ¿A quién no le ha pasado?
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Es que no se fiaría, la pobre. Empieza uno felicitando el cumpleaños y, a lo tonto, acaba uno en la cama con seis fulanas dorgadas y dos negros potencialmente equívocos. Se lo digo yo. ¿A quién no le ha pasado?
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