viernes, 31 de marzo de 2017

La almohada

—Hola, quiero devolver esta almohada que he comprado hace un rato.
—¿Por qué motivo?
—Al sacarla de su envoltorio, me he dado cuenta de que es demasiado grande.
—Ah, si la ha abierto, ya no puede devolverla.
—¿Por qué?
—Se considera objeto de aseo personal.
—¿De aseo personal?
—Sí.
—No creo yo que uno se asee mucho con una almohada, pero lo importante es que puede comprobar por la hora del ticket de compra que la he adquirido hace sólo un rato.
—Si la ha abierto, no puede devolverla.
—Oiga, señorita, ¿acaso se cree usted que me dedico a comprar almohadas, llevármelas a casa, usarlas en una siesta de cinco minutos y devolverlas? Esto es de locos.
—No, caballero, es política de empresa.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Me lo creo, totalmente.