Interior, noche. Un niño duerme en su habitación. De pronto, oye unos pasos en la oscuridad. Abre el cajón de su mesita de noche, saca una linterna e ilumina con ella el lugar de procedencia de los pasos. Vemos a un negro con frac, sombrero de copa y guantes blancos que mira a la cámara, pone manos de jazz y dice: ¡Boogaloo!
1 comentario:
Peor si fuera Pitingo.
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