Llegar a la página cincuenta cuando estoy escribiendo una novela es algo terrorífico para mí. Porque es quizá la señal de que esto va en serio. Ahora que esto cobra forma, todo puede salir mal, me digo, y ya no puedo disimular que estaba escribiendo sin un motivo concreto. Y sigo adelante como el que va en un coche sin frenos.
3 comentarios:
Entonces, a la vez que escribes, reza para no topar con un árbol. O una farola.
No frene, seguro que sale bien! Mejor si sale toda de un mismo gesto, luego ya la perfilará.
Mejor derrapar que frenar, en la mayoría de los casos.
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