El calor, la sed, las ventanas abiertas en un intento inútil de refrescar la habitación, que se llena del olor a tabaco de algún vecino que fuma. Las posibilidades de morir aumentan: si no es por deshidratación, lo será por cáncer de pulmón. Me pregunto si podría cargarme al vecino con la excusa del calor, alegar que perdí la cabeza por las altas temperaturas y no sabía lo que hacía. Es algo muy normal, señor juez, piense usted en las personas que se pierden en el desierto.
2 comentarios:
Cierto es que cuando nos perdemos cabalgamos en tu todo vale casi embriagador.
Un saludo Gabriel!
Ponga "La Pasión Según San Mateo" a toda hostia, para hacerle ver al vecino su descontento. Pero no la de Richter, que dura menos. La versión de Gardiner, que dura más de tres horas.
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