Los vecinos follan desaforadamente, felices de haberse encontrado (sobre todo en la cama). Qué lejos parecen los problemas del mundo con gemidos y sonidos de dos cuerpos chocando en el piso de arriba. Sirve de recordatorio de que uno vive para eso, para ese alegre desenfreno. Aunque es posible que no les agradara la idea de un vecino escuchando su acto de amor y filosofando sobre él.
2 comentarios:
Qué curiosa forma de verlo. A mí, escuchar a los vecinos me deprime.
Lo suyo es echarles una competición.
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