Por otra parte, su obra no nos interesa, pero su nombre queda bien en los carteles. Esa vieja gloria que todo el mundo recuerda, aunque sólo sea de pasada. Sí, sabemos que esto le parece un feo, pero piense que no hablaríamos de usted de ninguna otra manera.
1 comentario:
Págenme y callen, cerdos.
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