Perro-casa-agua-banco-montaña-coche
El perro de Matías, el vecino, estaba cagando frente a la puerta de casa. Al ver mi cara de enfado, Matías quiso distraer la atención preguntándome si podía darle un vaso de agua. Habrase visto, pensé. Y encima llegaba tarde al banco, donde me esperaba una montaña de papeleo. Le contesté que bien podía beberse las aguas menores de su chucho y me subí al coche.
1 comentario:
La muerte de su vecino por atragantamiento le pesará sobre la conciencia toíta la vida.
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