Si fuera obligatorio adorar a algún dios, yo me decantaría sin duda por Odín. Odín, ya sólo el nombre mola. Además, tenía un caballo de ocho patas, lo que viste mucho. Por no hablar de que sacrificó uno de sus ojos a cambio de la sabiduría y se colgó durante nueve días de Yggdrasil, el fresno mundial, para conocer el secreto de las runas. ¡Eso es un dios interesante y comprometido! Por si esto fuera poco, encima es el padre de Thor, el dios del trueno, que mola muchísimo más que Jesús.
1 comentario:
Y Jesús convirtió el agua en vino, pero no dicen los Evangelios que bebiera mucho esa noche. Y en la última cena... una copa PARA TRECE.
Sin embargo, a Thor lo engañó un gigante y le hizo creer que bebía de un gran cuerno. El pobre Thor se desesperó mucho cuando sólo lo hizo descender de nivel cuatro dedos. Después se dio cuenta de que lo que se había bebido era el mar...
ESO es beber. Así que de acuerdo. Odín, Thor y sus mariachis.
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