Caía con fuerza la lluvia y soplaba un gélido viento, pero el escritor lo miraba todo desde su ventana con una gran sonrisa. Lo bueno de ser escritor es que no tienes que ir a la oficina, pensó. Lo malo es que vives en ella, cayó de pronto en la cuenta.
1 comentario:
Lo bueno es tener un techo y punto. En fin, sí, me he levantado bolchevique.
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