Mi mujer no entiende que soy así por Baudelaire, él es responsable de mis actos. Las prostitutas, las mulatas, las drogas (los paraísos artificiales), el alcohol (embriagarse de vino, poesía o virtud), la sífilis, todo eso me viene por sensibilidad poética, por los versos del más grande poeta maldito francés. ¿Quién soy yo para discutir con Baudelaire?, le digo a mi mujer, no soy digno, sería un desacato. No soy más que un jardinero cuya labor es cuidar de las flores del mal.
1 comentario:
Le pueden dar con el rastrillo en los morros, jardinero. Y luego vendrán los llantos, claro.
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