martes, 2 de diciembre de 2014

Conectar en el silencio

—Ven, te hablaré del silencio —dijo ella.
Se sentaron. Ella le miraba a los ojos. Él también, pero sin descuidar el resto de su anatomía. Diez minutos después, intranquilo, dijo:
—¿Cuándo empezamos?
—Hace ya rato. ¿Cómo quieres que hablemos del silencio con palabras? Sería contradictorio.
—Ah. Pues me temo que no domino el idioma del silencio, que no me estoy enterando de nada.
—Es igual, te estás sumergiendo en él, que es la mejor manera de aprender. Estamos conectando.
—¿Y no podríamos follar? Como forma de conexión me parece mucho más interesante.
—Qué antiguo eres, esta forma es mucho mejor, que no es USB, sino wireless.

1 comentario:

Microalgo dijo...

No hay nada como el USB.