Lanza mi sobrino de tres años sus camiones de juguete por el pasillo y luego me pide que los recoja yo. Por qué, le pregunto y me responde que le da miedo la oscuridad. Al final alcanzamos un acuerdo de mínimos y vamos juntos a por ellos, cogidos de la mano, y pienso que lo mío es parecido, pero no con la oscuridad, sino con la gente.
1 comentario:
Hábil negociador, Usted.
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