martes, 26 de agosto de 2014

Acceder a la belleza

En alguna ocasión accedí a la belleza. A veces incluso pude sentarla en mis rodillas. Y me injurió. Sólo por meterle la mano bajo la falda. La belleza. Yo, un indocumentado cualquiera, accediendo a la belleza. Un robo, una estafa, un desfalco de bienes míticos a los que llegué por pura casualidad.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Por encima de sus posibilidades, supongo.

Qué curioso que debajo de una falda esté por encima de nuestras posibilidades. Oxímoron a la vista.