Con el descubrimiento de nuevas especies comestibles en otros planetas, se pensó que el problema del hambre en el mundo terminaría. Sin embargo, la gente se negaba a comprar pescados como la ranguna de Nebulón 7 en los supermercados, por muy bien que estuvieran de precio, ya que esos alimentos exóticos no eran «los de toda la vida» que cocinaban las abuelas.
1 comentario:
Sumado al hecho, casi sin importancia, de que las rangunas hablen una media de doce idiomas, incluído el portugués. No se puede meter en un cazo a un pez que te dice "Foda-se, isto está mesmo quente, não me mates, faz favor!! Tenho dois mil filhos!!".
No hay manera.
Publicar un comentario