Lo que quería decirte es que por fin, en ese momento, entendí que en realidad nunca hubo nada. Pasé mucho tiempo sufriendo por haber perdido una ilusión, un espejismo. Porque yo en aquella época no estaba atento a la vida. O sí, pero no sabía con qué compararla. No podía analizar ni la mitad de las cosas y creía que todo aquello era normal.
1 comentario:
Se sabe más por viejo. A saber cuántas veces habrán puteado sentimentalmente al Diablo...
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