Tú estás destinado a mayores empresas, susurra una voz interior que bien podría ser un amigo imaginario de la infancia. Pero quién presta atención ya a las promesas del ego, cuando todas las puertas se cierran con estruendo (un tanto musical: si se fija bien, parecen los cañonazos de la Obertura 1812 de Tchaikovski).
1 comentario:
mejor prestar atención, más como sugerencias que en forma de promesas, que si no la vida aburre bastante.
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