sábado, 23 de noviembre de 2013

La llamada del ego

En la cocina, mientras desayunaba, me pareció escuchar una voz que me hablaba. Ya está, pensé, tengo esquizofrenia. Pero la voz parecía proceder de fuera de mi cabeza. Concretamente, de la tostadora. Me acerqué a ella y escuché claramente que decía: tú tenías que haber sido grande. Ya, le contesté, mis padres lo intentaron todo, pero me quedé en metro setenta. No, no grande en plan André el gigante, contestó la voz de la tostadora, yo me refiero a la gloria. ¿No ves que soy tu ego? Vengo a comunicarte la buena nueva: todavía no es tarde, puedes enmendarte. No sé, repuse, ¿está destinada a la grandeza la gente que habla con los electrodomésticos? Por supuesto, contestó la voz, los locos son los mejores clientes de la grandeza: mira a Napoleón. No, no, dije yo, te equivocas: los locos se creen Napoleón, pero él estaba cuerdo. Bueno, no me vengas con tecnicismos ahora para eludir tu destino, contestó la tostadora.

2 comentarios:

Pommette dijo...

gracias.

Microalgo dijo...

Desenchúfela. La tostadora, digo.