jueves, 11 de julio de 2013

La ortografía de los otros

Trabajo para el gobierno leyendo la correspondencia de los ciudadanos en busca de algún mensaje subversivo. Es una labor agotadora, pero bien remunerada. Últimamente me ha dado por intervenir de otra manera: hastiado de tanta falta de ortografía, he empezado a corregir cartas. Todo empezó ayer, con una frase. Un hombre se despedía de su novia diciendo: «Te quiero Petra». Me sorprendió mucho que el hombre no se despidiera con el correcto «Te quiero, Petra». Durante un momento me pregunté si esto era deliberado, si quería decirle algo así: «Te quiero Petra; no quiero que seas otra; no te quiero si eres Penélope o Clara, sólo si eres Petra». O si era un mensaje en clave: «te quiero de piedra; no te muevas de casa». Pero no había motivos para sospechar de esta persona, tenía que tratarse de un error, así que añadí la coma. Me gusta pensar que no sólo he ayudado a la ortografía, sino también al hombre: su novia podría quedar gratamente impresionada al ver que su amado por fin empieza a escribir con corrección.

2 comentarios:

Microalgo dijo...

El infierno es la ortografía de los otros.

Javier dijo...

Muy agudo el título.