Uno siempre teme convertirse en su padre. Por eso, para evitarlo, empecé a estudiar al padre de Simón, un amigo. Como un actor del método, me empapé de su idiosincrasia paterna hasta comprender del todo el personaje. Una vez hecho esto, llamé a Simón y le dije que era una constante decepción como hijo, un vago, y que sólo me quería por la herencia pero que se olvidara de ella, pues pensaba fundirme todos los meses la pensión en el casino.
1 comentario:
¡¡Con un par!!
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