viernes, 14 de diciembre de 2012

Un dibujante erótico

—¿Por qué tienes que dibujar siempre esas putas?
—Es mi trabajo y está muy bien pagado.
—¿Pero por qué así? No son mujeres reales.
—Precisamente: son dibujos.
—¿Es que ya no te gusto?
—¿Qué? ¿Qué clase de conclusión es esa?
—No se parecen en nada a mí. Si me quisieras, te inspirarías en mí.
—¿Por qué iba a dibujarte a ti, para que otros hombres se masturbaran con tu imagen?
—Al menos pensarías en mí. Ahora, en cambio, te imaginas a otras. Te pasas el día pensando en otras y encima lo inmortalizas. Yo creo que esto se puede considerar hasta infidelidad.

3 comentarios:

R. B. Côvo dijo...

Como são ciumentas as mulheres! Abraço.

Javier dijo...

Eso le pasa a los escritores, no sé si es una alegoría, pero conozco mujeres que buscan en los textos una referencia a sí mismas y se enfadan si no la encuentran. Les pasa incluso con los que no son publicados, con los simples aficionados.

Microalgo dijo...

Incomprensibles, ellas.