—¿Por qué tienes que dibujar siempre esas putas?
—Es mi trabajo y está muy bien pagado.
—¿Pero por qué así? No son mujeres reales.
—Precisamente: son dibujos.
—¿Es que ya no te gusto?
—¿Qué? ¿Qué clase de conclusión es esa?
—No se parecen en nada a mí. Si me quisieras, te inspirarías en mí.
—¿Por qué iba a dibujarte a ti, para que otros hombres se masturbaran con tu imagen?
—Al menos pensarías en mí. Ahora, en cambio, te imaginas a otras. Te pasas el día pensando en otras y encima lo inmortalizas. Yo creo que esto se puede considerar hasta infidelidad.
3 comentarios:
Como são ciumentas as mulheres! Abraço.
Eso le pasa a los escritores, no sé si es una alegoría, pero conozco mujeres que buscan en los textos una referencia a sí mismas y se enfadan si no la encuentran. Les pasa incluso con los que no son publicados, con los simples aficionados.
Incomprensibles, ellas.
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