Soñé que yo era el único escritor secreto del mundo y, claro, me cruzaba constantemente por la calle con escritores consagrados. Uno de ellos me dijo: no me suena su cara, ¿usted a qué se dedica? Yo soy escritor secreto, contesté. ¿Y eso por qué? Pues ya ve, dije yo. Eso no es una respuesta, repuso él, ¿es que está en misión secreta? Bueno, es algo parecido, sí, trabajo en la sombra para una organización clandestina formada sólo por mí, pues soy muy exclusivo. Eso es una tontería, replicó él, y no me engaña: es usted un vil gusano. Sí, pero nadie lo sabe, respondí yo.
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