lunes, 29 de octubre de 2012
Poesía crepuscular
La última moda literaria nos llega desde el asilo: ancianos que comienzan a escribir. Emilio Fernández Olmo es el mayor exponente de este movimiento, aunque suene irónico llamar movimiento a algo cuando sus componentes no destacan precisamente por moverse mucho. La poesía de Emilio es muy poderosa, con mucha fuerza, y eso que su autor tiene noventa y siete años. Poemas como ¿Ya es la hora del paseo? o Mi próstata se expande continuamente, como el universo nos hablan del declive, del olvido, de la alienación. «Todos sois extraños», escribe Emilio, «sobre todo el nuevo, que nunca me acuerdo de su nombre». Fernández Olmo nos habla desde el futuro, desde un futuro que no queremos ver. Esta nueva (y vieja) generación de literatos crece cada día, pues las editoriales peinan los asilos en busca de más voces ajadas por el tiempo y el exceso de tabaco.
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2 comentarios:
Serán las nuevas generaciones del cementerio.
Y Usted, corra (no es por meterle prisa, así porque sí).
Dicen que nunca es tarde, pero es mentira.
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